viernes, 20 de enero de 2012

Americano no es sinónimo de estadounidense.

Yo soy americana, y no nací en los Estados Unidos. Pero hasta de ese gentilicio se adueñaron los estadounidenses, y qué rabia me da cuándo nosotros mismos les llamamos así.
Es cierto, sí, que ellos son americanos, pero yo también, y los canadienses, haitianos, brasileños, todos los que nacimos en este continente maravilloso y mágico.
  Esa palabra de nueve letras nos une en una misma área de la Tierra, y nos diferencia de europeos, asiáticos, africanos o australianos, aunque al final, los siete mil millones de habitantes seamos uno solo, pero no lo creamos.
  AMÉRICA es una sola, no vamos a ser precisamente nosotros, los que hacemos más por ella, por su unión, los que dejemos de llamarnos genuinamente americanos.
 Y pensarás que esta “perreta” es una tontería.

¿Para qué, sin con decir latinoamericano ya nos incluimos en este otro lado? Es cierto esa palabra dejó ser un gentilicio para convertirse en un llamado de lucha, pero la América toda es nuestra, desde el cabo Columbia hasta las Islas Diego Ramírez.
 América es una sola, aunque tenga muchas américas, por lo tanto soy tunera, cubana y a mucha honra, americana.
Pobres los canadienses que ni norteamericanos son, pero eso es otra historia.

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