Con los moradores de la vivienda no.49 |
Tras las notas del Himno Nacional se escuchó el venezolano, una tradición en la Refinería Camilo Cienfuegos, primer proyecto económico de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
En esa empresa mixta Cuvenpetrol S.A. prendió la luz de una llama que hasta este sábado recorre los sitios que visitó el Comandante Hugo Chávez Frías durante su visita a esta ciudad.
Trabajadores de ambas naciones escoltan el fuego en señal de hermandad, solidaridad y, sobre todo, como recuerdo constante del líder que dedicó su vida al bienestar no solo de los venezolanos, sino de toda Latinoamérica, expresó Javier Mendoza, obrero de la nación sudamericana.
«Es impresionante ver cómo los cubanos recuerdan al líder de la tierra del joropo como si hubiera nacido en esta Isla. La presencia de Chávez nos acompaña durante el trayecto».
En la vivienda número 49, donde el 21 de diciembre de 2007 el Arañero inaugurara el asentamiento de petrocasas Simón Bolívar, realizó la llama su primera parada. Luego recorrió los hoteles Jagua y Encanto Palacio Azul, donde el Presidente se hospedó durante la IV Cumbre de Petrocaribe.
El periplo concluye este sábado en el estadio Cinco de Septiembre, a propósito del aniversario 53 del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, y para honrar a quien además fue un apasionado del béisbol.
A propósito de los topes amistosos contra Cuba, Antonio Muñoz, el Gigante del Escambray, manifestó a la prensa que para él los dos juegos de pelota en que pudo enfrentarse a Chávez fueron un privilegio.
«Durante el juego de veteranos dirigidos por Fidel, en el primer turno al bate, le di un batazo grande para la mano suya y, aunque resultó out, Chávez quedó muy contento, vino para la primera base y me abrazó».
«Luego volvimos a enfrentarnos en Barquisimeto, Venezuela, y pudimos conversar mucho. Me considero un cubano afortunado», confesó.
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