Cuando pequeña nunca entendí bien el baloncesto, solo después de comenzar a practicarlo en la universidad, comencé a apasionarme con ese deporte de donqueos y canastas.
Dicen los que conocen del tema que la NBA norteamericana, es la mejor liga de básquet del mundo, sin embargo no creo que sean muy distintas las emociones de los norteamericanos con las que sentimos los cubanos, sobre todo cuando juegan avileños y capitalinos.
Joan Luis Haití |
Y no hace falta haber nacido allá para sentirme identificada con ese quinteto, ni siquiera lo digo porque sean desde hace años los mejores de Cuba.
“Ciego” ha vuelto a coronarse campeón este año, y como dije al principio, de punta han estado mis pelos durante los últimos tres juegos en la sala polivalente Giraldo Córdova Cardín de la ciudad de la piña.
Hasta su cuartel general llegaron el pasado lunes con una serie empatada a un juego. Bastaría ganar tres para alcanzar el título, y de hacerlo consecutivamente lo conseguirían con la afición de su parte.
El marcador final sería 66 por 60, último juego con la casa llena de público. Han sido siete los títulos alcanzados por los búfalos en las ocho finales jugadas. Solo una derrota ante capitalinos en 2010, no les ha permitido tener una actuación perfecta.
Sin embargo, son sin dudas los mejores de Cuba en baloncesto. Su estrategia técnico táctica bien estructurada y su impresionante capacidad física los han colocado en ese lugar.
Aunque no conozco a todos los jugadores, sobresalen Haití, Yasser, Vantier y Granda, y Maikel (entrenador), también entre los mejores de la Isla.
El equipo campeón |
Asimismo recuerdo a Pausa, quien falleció en un accidente hace algunos años, y al “Gato Silvestre”, que se desertó en 2009 del equipo Cuba. Dónde quiera que estés sé que ambos estarán orgullosos de su “team”.
El aplauso también para capitalinos que otra vez quedó en el segundo puesto, pero que se mantiene entre los mejores.
Me prometí a mí misma que no dejaría pasar esta victoria por alto. Aunque sea de Las Tunas, un éxito cienfueguero también es mío, y en el básquet los triunfos de Ciego de Ávila son mis propios triunfos, aunque me falte “bomba” para no sobresaltarme durante cada juego.
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