miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cartas a mi sobrino I


Sé que eres a penas muy pequeño para saber quién soy. Sé que no podré ser nunca la tía que siempre quise porque vivo lejos, pero sé que siempre que pueda te llenaré de cariño para que sepas cuando te quiero.
Cuando viniste al mundo me encontraba lejos y de ingrata dejé a tu madre y a tu abuela solas, justo cuando más me necesitaban. Y no sabes cuánto las necesitaba yo a ellas. Desde la distancia vi tus primeras fotos, tus primeros videos, aún en el hospital.

Cuando al fin pude ir a tu encuentro salí corriendo detrás de ti, sin importarme la sarta de problemas que dejaba a mi espalda, pero no hubo nada más reconfortante que cargarte durante aquel fin de semana, y hacer que te quedaras dormido mientras te mecía entre mis brazos.
Fueron a penas unas pocas horas que durarán hasta que pueda volver a abrazarte. Cuánto quisiera estar a tu lado José Kmilo, yo que recién había superado la nostalgia de tener a tu mamá y a tu abuela lejos de mí, ahora no puedo tampoco vivir sin ti. A veces te ponen el teléfono al oído para escuches al menos mi voz, y claro tú solo lloras, sintiéndome una extraña.
 Espero algún día poder tenerte cerca para mimarte y ser la tía que siempre quise, cuántas veces mi hermana, sí tu mamá y yo, soñamos que vendrías a resguardarte conmigo cuando te regañara, pensaba ser la tía que te librara de los castigos, pero solo soy la tía que vive a lejos, a donde irás pasar las vacaciones si es que quieres.
 No sabes cómo duele tener ahora otra razón para que estar cerca, en esta lejanía que se hace cada vez más difícil de sortear. 
De todos modos no importa, si es preciso seguiré sorteando la carretera con tal de darte un beso, al menos una vez al mes, o buscaré un trabajo por turnos que me permita tener tres días libres para correr a abrazarte, o en cuanto crezcas y tengas edad suficiente para viajar iré a buscarte, para que vengas conmigo  y llenarte de dulces, juguetes, malcriarte hasta la saciedad.
 Igualmente espero que en la foto que te daré en la cual estamos juntos, reconozcas más que a alguien parecida a tu mamá, y veas en esa figura no solo a tu tía, sino también a tu amiga y sobre todo que llegues a quererme tanto como te quiero yo.

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