“Mientras no te den golpes ni te falten el respeto
grandemente hay que aguantar en un matrimonio, porque si no hay que casarse 60
veces”.
“Pues cásese 60 veces”, le respondió mi madre a una
vecina que trató de encontrar en ella consuelo para las infidelidades de su
esposo.
Mi madre, que fue violentada muchas veces, de muchas
maneras (quién no lo ha sido en este mundo machista?) pero no fue hasta sus últimos años que entendió de violencia de género, de
empoderamiento femenino.