Mi hermana Kenia agoniza, lleva horas con la mirada
perdida, los brazos cianóticos y una respiración desesperada como de quien se
niega a partir.
Mi hermana agoniza y yo sostengo su mano, peino
con mis dedos sus cabellos, mientras pido a algún poder divino que le cierre
los ojos y al fin descanse.
Mi hermana agoniza y ya no hay nada q hacer. Está
en casa para morir rodeada de gente que la quiere, que la querrá siempre.
Mi hermana agoniza y ahora entiendo aquellos que
abogan por la eutanasia, porque a estas horas yo quisiera acortarle su dolor,
hacer más corto y menos doloroso su camino a no sé dónde.
Acaba de mirarme, y se que me mira porque no
estoy en la dirección d sus ojos perdidos, y le pido que descanse pero no me
escucha, como quien se rehúsa a partir. Tanto ha luchado por la vida, aún lo
hace.
Mi hermana agoniza y yo estoy sola con ella en
casa, velando su última pelea, ahora con la muerte, mas no lleva ventaja.
Mi hermana agoniza, ¿qué puedo hacer?
Yo no estoy triste, aunque sí adolorida. NO quiero que nadie entristezca con mis escritos sobre mi hermana y su muerte, no es mi intención. Extraño a mi hermana no puedo negarlo, pero solo quiero con estas letras recordarla, todo, hasta los detalles más duros. Quiero que las personas tal vez entiendan su solor a través del mío, y cuando les toque pasar por un momento tan duro, lo comprendan, lo sufran, lo lloren, y luego continúen. Yo exterioricé mi dolor en palabras que ahora les comparto. Hoy hace 21 días de su muerte, justo a las 11:40 am, pero sigue viva, muy viva. Yo sé que nadie duda eso.
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