Me sentí ridícula cuando desperté. La noche anterior había saltado, gritado, levantado las manos, cerrado los ojos, recordado mi infancia. “La imagen frívola y seria de periodista volvió a mi mente”. Aquel estatus supuesto, que nunca he tenido, se había borrado por completo.
Fui a un concierto de Buena Fe, esos que unos no conocen, otros ya no escuchan, y otros como yo viven en cada acorde. Si digo que esa gente ha compuesta la banda sonora de mi vida, parecería más ridículo aún, pero así es.
Cada amor vino con una canción, y con algún verso también se fue. Cada momento de mi vida, la muerte de mis abuelas, la enfermedad de mi hermana, el nacimiento de mi sobrino, la emigración de mis amigos, la carrera de periodismo, mis dudas, fracasos, logros y hasta acusaciones, llegaron con un verso de esos guantanameros o al menos en sus versos, encontré consejo, reposo.
Alguien a quien admiro y aprecio, me dijo algo que sé, pero que temía reconocer: Eres una fanática, y que conste que sé que no lo dijo juzgándome, que no le guardo rencor por decir en alta voz la verdad.
Y eso también es cierto, cuando fui adolescente hasta coleccionaba recortes de periódico, fotos de revistas, afiches, autógrafos y hasta casetes de música y VHS. Una vez hasta los llamaba cada semana a su casa. Fechas de nacimiento, detalles de la familia, para mí siempre fue fácil de memorizar. Hasta los nombres de músicos y auxiliares de audio me sabía.
Israel y Yoel han sido desde hace 14 años mi familia, y al menos yo siempre recuerdo y escucho atenta los detalles importantes de la gente que quiero. No me justifico, puede ser cierto, que soy fanática y hago el ridículo. Yo podría no haberle dicho esto a nadie, pero no me escondo ante lo que siento, aun cuando algunos creía que era una loca pegada a la baranda que separa a los artistas de su público.
Yo podría no haberle dicho esto a nadie, ni escribirlo aquí, pero no me siento ridícula, sino feliz, y ojalá todo el mundo pasara por sobre sus complejos, y de buena fe, se dejara llevar.
Yo podría no haberle dicho esto a nadie, ni escribirlo aquí, pero no me siento ridícula, sino feliz, y ojalá todo el mundo pasara por sobre sus complejos, y de buena fe, se dejara llevar.
Glenda, felicito tu artículo emocionado y cómo desnudas tu alma con inspiración de poeta. Realmente hay dos maneras de hacer efectiva una comunicación a mi entender, con la objetividad de los hechos y con la emoción...o con ambas, como es tu caso. Una mezcla de alegría y bochorno como una adolescente que se desviste ante el novio por primera vez. Te felicito por ese aire fresco de juventud que traes al periodismo de la ciudad, yo personalmente lo prefiero por encima de tantas otras razones"..
ResponderEliminarGracias por esa palabras, yo nunca puedo dejar de apasionarme con las cosas, con la vida, con Buena Fe.
Eliminar"Saltar por encima de los complejos es difícil. Hacerlo nos reporta de inmediato una calma y seguridad sin parangón. Hacen falta, mucha falta, esos amigos que dicen la verdad de frente, sin pretensión de herir, con alma de curar. Amigos como esos quizá merezcan, por sí solos, uno de tus emocionados post, Glenda"
ResponderEliminarMerecerán ese post, ya algunos tienen varios, y otros lo tendrán, gracias por el alma de curar
ResponderEliminarLa perseverancia te condujo por buenos y malos caminos, de ellos aprendiste, con ellos te creciste, forjaste la persona que eres hoy. Acompañada por los compases y melodías de unos poetas soñadores que han sido partícipes de esa combinación entre mujer/adolescente/niña que eres, has alcanzado más de lo que muchos han pensado alcanzar jamás. Pero permíteme un apéndice; también me siento dichoso de haber sido parte de ese progreso en mayor o menor proporción. Los sinsabores de la vida para bien o para mal nos han hecho lo que somos; humanos, errantes idealistas, incansables luchadores, perseverantes hasta conseguir el éxito. Aunque la clave para el éxito pueda estar, en ser alguien como tu.
ResponderEliminarLa perseverancia te condujo por buenos y malos caminos, de ellos aprendiste, con ellos te creciste, forjaste la persona que eres hoy. Acompañada por los compases y melodías de unos poetas soñadores que han sido partícipes de esa combinación entre mujer/adolescente/niña que eres, has alcanzado más de lo que muchos han pensado alcanzar jamás. Pero permíteme un apéndice; también me siento dichoso de haber sido parte de ese progreso en mayor o menor proporción. Los sinsabores de la vida para bien o para mal nos han hecho lo que somos; humanos, errantes idealistas, incansables luchadores, perseverantes hasta conseguir el éxito. Aunque la clave para el éxito pueda estar, en ser alguien como tu.
ResponderEliminarGracias, ciertamente fuiste parte de ese ser que soy hoy.
EliminarPor qué será que muchos nos sentimos así? ahí me incluyo yo, aunque en dos niveles menos de fanatismo ajaja. Pero siempre, siempre pasa eso que dices, uno siempre escucha y memoriza los detalles de la gente que quiere, que de una manera u otra ya son parte de tu vida, tu familia y tus amigos, aunque ellos no lo sepan, y no tenga ni idea de cuánto les quieres, por eso entre mis primeros entrevistados está Israel, quien con esa entrevista ha marcado un momento especial para mí en el desarrollo de mi carrera periodistica. Arriba ese ánimo y cuanto mas ridicula te digan sientete mas orgullosa de tener buen olfato para las cosas buenas y un gran corazón. Saludos de una fanática de la #BuenaFE
ResponderEliminarMe alegra que te sientas identificada con el post. Debías haberme dejado tu nombre y podríamos sentarnos a cantar y hablar de Buena Fe.
EliminarQuerida Glenda adoro tus post y soy de las que vive en cada acorde.. me considero entre tus "amistades emigradas" y créeme que es un honor ver la gran profesional en que te has convertido aunque los que te conocimos entonces no esperábamos menos.. #BuenaFe tiene esa magia de reencontrarnos con lo mejor de nuestra inocencia, con los buenos amigos y sobre todo con nuestra cubanía sin medir distancias..
ResponderEliminar