Fue bien difícil encontrar a Javier Hernández Montes de Oca. Terraplén adentro, en una zona cuyo nombre realmente no recuerdo por lo intrincado, en el municipio de Rodas, estaba su pelotón. Ya caía la tarde cuando le vimos a lo lejos, montado en su KTP 2M. No se detuvo hasta terminar de cortar la caña, no importaba que del otro lado lo esperaran para reconocerle por ser millonario en el corte mecanizado por tercer año consecutivo. La entrevista debía esperar a que él terminara, y así debe ser.
Cuando por fin el ruido ensordecedor de la máquina se detuvo, Javier le echó un vistazo y se deslizó por la escalera. ¿Cómo tras casi 12 horas de trabajo alguien puede tener todavía ese entusiasmo?, nos preguntamos todos.
Con las manos y el overol engrasado, como quien no deja de trajinar en la mecánica, nos dio las buenas tardes y tras el reconocimiento de la Unión de Jóvenes Comunistas por su incesante labor en el corte de caña, se destinó a atendernos.