Por Glenda Boza Ibarra y Litzie Álvarez Santana
Tal vez aquella promesa de su tía a la Virgen de la Caridad, lo mantiene hoy fuerte como un algarrobo, ese árbol que crece tan “Gigante” como él, en el Escambray. Han pasado 65 años desde que Petrona Hernández dio a luz a su único varón, cuyo nombre se escribió desde hace tiempo en la historia del béisbol en Cuba.
A la altura de sus casi dos metros resulta difícil imaginarlo con el pelo largo y rizo y tirantes, pero así recorría las montañas.
“Mi mamá Petrona, ya fallecida, perdió cinco hijos varones en sus embarazos. Entonces logró tener cuatro hembras, y luego nací yo. Una tía mía hizo una promesa y me tuvieron sin pelarme, con pantalones bombache, camisa blanca y tirantes durante siete años. No tengo pena en decir que me decían mujercita y me fajaba con los muchachos. No fue hasta que me cortaron el pelo que empezaron a decirme varón”.
Antonio Muñoz cumple hoy 17 de enero 65 años, cuyo aniversario no solo celebró con la familia, sino con las autoridades y el pueblo cienfueguero.
Recordó con alegría los momentos cuando usaba el número cinco en la camiseta del equipo Cuba y cuánto orgullo era darle un alegrón a la gente con cada victoria.
“Eternamente voy a ser el 5. En ocasiones se ha visto en la espalda de otros atletas pero para mí es un privilegio haber representado al país y al deporte revolucionario y que me recuerden por ese número”.
“Mi carrera deportiva no es solo producto de mi esfuerzo y sacrificio, también se lo debo a los entrenadores que se quedaron en Cuba para educarme y enseñarme a jugar béisbol, a Fidel que me dio la posibilidad y al calor del pueblo, sin el cual yo no sería nadie”.
Justo cuando muchos miran escépticos el futuro del béisbol cubano, este conocedor, jugador y amante de la disciplina no podía dejar de brindar su opinión.
“Yo no veo el béisbol cubano en mal estado. En los últimos años han desertado figuras muy valiosas pero tenemos muchas otras. Hay que enseñarles lo que representan ellos no solo para el deporte, sino también para el pueblo. Hay que educarlos política, deportiva y socialmente, como hicieron con nosotros. La patria hay que respetarla y amarla, y como dijera Martí, el verdadero revolucionario no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber”.
Sobre su estado de salud apuntó que está bien. “Me encuentro feliz y recuperándome. Quiero agradecer a la medicina cubana y en especial a la cienfueguera por el tratamiento y la atención especial que he recibido”.
Aunque prefiere no pensar en la muerte “porque eso no va a ser por ahora”, afirma que cuando muera quiere que lo sepulten en tierra y sobre su tumba se siembre una majagua, para que de su madera se hagan buenos bates que den muchos jonrones.
Muñoz no se presta para el circo
Hace unos días medios anticubanos aseguraron su presencia en un encuentro de softbolen Miami, junto a varios cubanos que abandonaron la Isla. Aunque solo confirmaron que estaría allí como invitado a un partido a celebrarse este 18 de enero en el Bucky Dent Park de Hialeah, ubicaron a esta estrella del deporte cubano revolucionario en medio de un show mediático que enaltece los atletas que dejaron a Cuba y hoy juegan en las Grandes Ligas.
“Yo puedo ir normalmente a visitar los Estados Unidos. Si me encuentro allí a un cubano lo saludo. Lo que me convenga de él lo escucho, lo que no, no. Sigo siendo patriota, de los de Fidel. Usaron a mi familia y comenzaron los comentarios. Publicaron todo como quisieron. El deporte cubano revolucionario solo lo usaré para divertir a aquellos que estén de acuerdo con la Revolución. Estoy en Cuba, yo me quedo aquí.”
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