El celular fue en algún momento un lujo, hoy es una necesidad, aunque algunos se empeñen en decir que la ciudad está llena de públicas- y ni comentar que las de moneda casi se extinguen, pero bueno, eso es otro tema….
Volviendo al celular. Llegó a Cuba hace apenas algunos años y ya son más los usuarios con este tipo de artefacto, (más de un millón), que los que tienen teléfonos fijos. Y usted dirá, ¡Es mejor un fijo!, sí, pero ese no se puede llevar a todas partes.
Lo cierto es que cada vez más el número de clientes de Cubacel aumenta Y no es que los cubanos tengan mucho dinero, ¡NO! Y precisamente por ese motivo hemos creado un código para ahorrar el dinero de la cuenta:
Existen los que ingresan el crédito de 5 CUC cada dos meses para mantener la línea, aunque eso incluya un mes de inactividad o sin dinero. No pueden llamar, ni enviar mensajes, ni casi hacer nada con el aparatico, pero pueden recibir llamadas de alguien “bondadoso” que le marque con el *88.
También hay amantes o nostálgicos que obligatoriamente se desvelan hasta las 11:00 pm o madrugan antes de las 7:00 am para hacer alguna llamada y gastar solo 10 centavos.
Otros compran un celular para toda la familia en caso de que a alguno le haga falta, y rezan para que dos de ellos no viajen a lugares distintos al mismo tiempo.
Existen los amigos, que con un timbre dicen: hola, ya llegué, como estás, me acuerdo de ti, felicidades, y cuántas interpretaciones puedan hacerse de algún timbre esporádico, con miedo a ser levantado.
Otros identifican el número e inmediatamente corren a la pública más cercana para devolver la llamada y saber qué quieres o qué pasó.
Pero también hay excepciones, de aquellos con el bolsillo lleno o simplemente lleno de arrogancia que levantan el teléfono sin ningún apuro.
Y están por supuesto, los celulares sin líneas-pero eso la gente no lo sabe, o al menos lo dueños creen eso-. Algunos cuelgan del cinto o van en la cartera, ansiosos de que la alarma programada suene en el mismo instante de la reunión. ¡Qué casualidad!, no?
Lo cierto es que, con línea o sin línea, los cubanos aprendimos a usar el celular sin que afecte el bolsillo.
Aunque cada dos meses nos arranque 125 pesos del salario nuestro o de nuestros padres, el celular sigue siendo un lujo, pero también es una necesidad.
De todos modos olvidé mencionar que existen los que como yo, esperamos que la economía familiar mejore o rebajen las líneas para hacernos de uno de esos aparatos, y abogamos porque mientras, no se acaben los teléfonos monederos o al menos, tengamos siempre cargada la tarjeta propia.
jejejejejeje, genial, jejejeje, así somos los cubanos de ingeniosos, jejejejeje, también tengo cel desde hace bastante y te juro que se ha convertido en uno de mis más grandes tormentos, jeje, pero también me ha resuelto muchos problemas, abrazos
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