Foto Rey López |
Yoalkis Cruz salvó
el juego que le dio el campeonato a Las Tunas. Tras el último out su primer
gesto fue arrodillarse, abrir los brazos, mirar al cielo y agradecer a Dios. Él
es un hombre de fe cristiana y siente que en cada victoria está la mano de
Jesús.
Aunque no sean
devotos, muchos peloteros también lo creen. Agradecer a Dios es siempre la
primera oración de una entrevista. Ya sea por convicción o “por si acaso”,
también se persignan al llegar a la caja de bateo, apuntan hacia arriba al
conectar un jit o abren los brazos cuando sacan un out decisivo.
Desde las gradas,
cada cual vive sus creencias igualmente. Lo mismo el hombre vestido de “mascota”
reparte sueltos de papel sobre “cómo conocer a Dios”, que un santero despoja al
estadio antes de cruzar la puerta.