Habrá un día cuando ya no te escriba nunca más, pero en mi
mal hábito de pensar que la gente no muere, sino que una deja de verlos porque
la vida nos distancia, voy a imaginar que estás en Venezuela todavía, y que
como fiel lectora vienes a mi blog a leerte mis páginas.
Qué puedo decirte. Fue dura la despedida, muy dura. El
momento más triste de mi vida. Lloré desconsoladamente y mira que intenté ser
fuerte. Allí estuvieron todos los que te quisieron bien y mucho, y otros que no
se enteraron a tiempo pasaron luego por casa. Mami no resistió el adiós y no
nos acompañó en el destino final.
Ella está más calmada, pero no mejor. Aunque disimula
muchísimo a veces la encuentro oliendo tu almohada y llorando. Decidió cambiar
y dormir en tu cama, cambiamos el cuarto, para que el choque cuando regresó de
la funeraria fuera menor, y aunque es cierto y funciona, es imposible no
recordarte en cada esquina.
Mami sigue con los leucos bajos, y no ha podido ponerse la
quimioterapia. Es lógico que tanto sufrimiento por tu adiós la tenga
inmunodeprimida, pero está intentándolo, por eso a menudo le duele el pecho,
porque se traga el llanto, pero las lágrimas se le acumulan y quieren explotar.
Yo la cuido no te preocupes, y le hago cada tarde su merengue como antes te
hacía a ti, y se toma su cocimiento de guanábana, y cuánto remedio la gente le
asegura que funciona. Ella quiere ponerse bien, por nosotras, por JK, por ti.
Cada día le recuerdo cuánto luchaste tú por tu vida, y entonces tiene más
fuerzas.
Ari está bien, pero ya aquella coraza se cayó. A veces llora
mucho, también escondida, se va a tu casa y se sienta cerca de la mata de limón
a llorar. Luego disimula para que mami no entristezca más, pero los ojos rojos
e hinchados no la dejan mentir.
JK está malcriado como siempre, y ya empezó a comer, poco a
poco, a veces con perreta, pero come. Siempre que ve una foto tuya grita ¡Tita!
y se nos parte el alma otra vez. No dejaremos que te olvide, aunque por poco
tiempo te haya conocido. Yo sé que no fue tu intención irte precisamente un día
antes de su cumpleaños, así que no te preocupes porque eso no nos importa, siempre
vamos a celebrar tu vida, y con el paso del tiempo habrá menos dolor.
¿Yo? ¿Qué puedo decirte? No paro de escribirte, de soñarte,
de pensarte, recordarte, sufrirte, llorarte. Pero la tristeza pasa mi hermana,
yo lo sé. Ya casi vuelvo a Cienfuegos, allí será duro también, porque los 10
meses que estuviste acompañándonos en casa, también dejaron en todos los
rincones tu recuerdo. Pero te recuerdo feliz, aunque todavía haya dolor.
A veces me pongo a caminar y escucho música, y lloro, y
pienso mucho mucho en ti. Aquí te dejo una canción que me da vueltas una y otra
vez. Es de Tercer Cielo, ¿te acuerdas? Una vez la escuchamos juntas: Yo te
extrañaré.Yo te extraño.
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