La educación es
como un árbol: se siembra una semilla y se abren muchas ramas.
Tiene la educación cubana actual, varios
retos por delante, en estos tiempos que tal vez sean de los más duros para el
sector. La escasez de maestros; la pérdida de valores en los más jóvenes; la
competencia y utilización de las nuevas tecnologías; y “fenómenos fraudulentos”
que denigran el prestigio de quienes tienen la tarea de mantener esa obra de infinito amor; son de las
principales cuestiones que ocupan y preocupan.
Conscientes de sus deficiencias, el Ministerio de Educación participó en las asambleas provinciales de la Federación de Estudiantesde la Enseñanza Media
(FEEM), las cuales durante los últimos meses del año se realizaron en Cuba. Constituyó
esa una forma de escuchar de primera mano los criterios de quienes llenan las
aulas.
A propósito de su visita a esta provincia Ena
Elsa Velázquez, titular del sector, accedió a conversar con Cinco de Septiembre.
¿Cómo enfrenta la educación cubana actual los
retos futuros ante la escasez de maestros?
“Hace algún tiempo hicimos un estudio a largo
plazo sobre cómo se comportará la educación en la Isla para 2016, con el
propósito de determinar la situación que puede existir en cada territorio”.
“Varias han sido las alternativas puestas en
práctica para resolver el déficit, entre estas, el curso de formación de dos
años, que poco a poco queremos eliminar. Sin restarle importancia a este,
nuestro interés principal es que los futuros maestros se formen en las
Universidades de Ciencias Pedagógicas (UCP) y accedan a estas a través de las
pruebas de ingreso, como ocurre a aquellos que aspiran a alcanzar la enseñanza
superior”.
Mientras provincias como Santiago de Cuba y
Pinar del Río tienen una cobertura favorable y prescindieron ya en septiembre
de estos cursos de dos años, Cienfuegos aún debe mantenerlo porque fue
insuficiente el número de alumnos que ingresaron a la UCP.
“Cuando comenzamos a hacer las primeras
pruebas de ingreso a la enseñanza superior pedagógica, ingresaron casi cinco
mil, en esta provincia solo lo hicieron un poco más de 130, y por lo tanto ni
siquiera pudieron abrirse todas las especialidades”.
Una nueva forma de ingresar a la UCP fue retomada este año,
¿cómo ha sido su puesta en práctica?
“Ahora también aquellos que se gradúan de la Enseñanza TécnicaProfesional (ETP) pueden aspirar a ser licenciados en economía, mecánica,
eléctrica, construcción, veterinaria, y garantizar así mismo, el incremento de
profesores para los sus propios politécnicos.”
“Esta es una ventaja porque los egresados de
esos centros de nivel medio ya tienen habilidades prácticas, conocimientos de
la especialidad y siempre los resultados pueden ser mejores. Sin embargo, esa
opción fue poco utilizada”.
“Reconocemos que tal vez por incluirse entre
los últimos aspectos aprobados por el ministerio, previos al inicio del curso,
faltó divulgación e información, pero toca a los propios directores de los
politécnicos gestionar su fuerza profesoral, y realizar formación vocacional
con sus estudiantes.
En comparación con otras provincias, ¿cómo
enfrenta Cienfuegos la situación actual en la educación?
“A pesar de que el curso pasado tuvo buenos
resultados integrales, no fue este territorio de los mejores en las
calificaciones en las pruebas de ingreso. Eso, como en todo el país, no es solo
resultado de no estudiar, o la poca preocupación, sino también de la calidad de
los profesores, de su estabilidad”.
“Para las pruebas de ingreso el alumno se
prepara desde la primaria, porque se evalúan conocimientos que se aprenden en
todos los niveles”.
“Por eso hago énfasis en el ingreso a la UCP y a las escuelas
pedagógicas. No basta con que aspiren a la enseñanza superior 500 estudiantes y
que solo 100 aprueben los exámenes. Entonces, esa cifra indica que los otros
400 no eran los más preparados, y necesitamos que los futuros profesores sean
también los alumnos más integrales, los mejores, porque al final un alumno con
un promedio de 60 o 70 puntos, pudiera ser, pero no es el de más posibilidades
para ser un buen profesor y convertirse en el profesional que queremos.
Hay dos temas que no pueden faltar en esta
entrevista, uno es el fraude académico y el otro la pérdida de valores, ¿cómo
enfrenta el ministerio estos “fenómenos” que desafortunadamente, han tomado
fuerza los últimos años?
“En algunas asambleas de la FEEM en las que hemos estado
se ha visto como algo positivo que dos profesores cuiden las pruebas, sin
embargo, así no vamos a resolver los problemas. Los casos de este tipo que se
dieron en La Habana,
no fueron denunciados por los estudiantes ni sus dirigentes. Las indisciplinas
y el fraude no se resuelven con arengas ni discursos, ni pronunciamientos, sino
con combatividad”.
“Estoy segura de que en una escuela ni todos
usan mal el uniforme, ni todos cometen fraude, y cada colectivo sabe y tiene
identificados a quienes son el problema, pero no los denuncian, hablan en
general, meten a todos en un mismo saco y entonces el que tiene problemas no se
siente aludido. Y aunque son minoría los profesores y alumnos que tienen estos
problemas, denigran al resto”.
“Tampoco es apartar, sino sumar, pero se debe
llamar la atención de forma oportuna para que puedan rectificar. El trabajo
debe traspasar los muros de la escuela, porque no hacemos nada con que dentro
haya un buen comportamiento por el control de los profesores y afuera suceda
todo lo contrario, y sabemos qué eso está ocurriendo”.
Ciertamente intensos y difíciles son los
retos de los maestros de hoy, cuya jornada se celebra por estos días. Sin
embargo, no bastan solo ellos para evitar que tras sembrar la semilla, se abran
ramas torcidas.
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