Ubicado
en la zona de Punta Gorda, justo en los límites del prado más largo de Cuba, el
Palacio de Valle constituye la expresión más heterogénea del eclecticismo en la
provincia de Cienfuegos, ubicada a 250
kilómetros al este de La Habana.
Construido
entre 1913 y 1917, este símbolo de la Perla del Sur constituye una de las pocas
edificaciones en Cuba que tienen influencia arquitectónica de varios estilos:
hispano morisco, gótico, veneciano, mudéjar y barroco.
Conocido
también como el Chalet de Valle, en su historia sobresalen desde mitos locales
hasta las figuras más adineradas del siglo XX.
Cuentan
las leyendas que su construcción se debe a la llegada del español José Díaz, quien bautizó el lugar con el
nombre de Amparo, por el año 1527.
Se dice que el europeo, quien mantenía relaciones
amistosas con los siboneyes, se enamoró de
de hermosa aborigen Anagueia y construyó para ella un palacio de
ascendencia morisca.
Su nativa esposa, temerosa de que la elegante mansión
atrajera las desgracias provocadas por Mabuya –dios del mal- quemó el edificio hasta dejarlo en sus
cimientos.
Ya en el siglo XIX, el comerciante barcelonés
Celestino Caces compró la hacienda Amparo e intentó construir una casa de
recreo de marcado sabor hispano mudéjar, pero no pudo ver cumplidos sus sueños.
A finales de 1906, la propiedad es adquirida por el
asturiano Acisclo del Valle Blanco, cuya riqueza proveniente de sus ingenios y
la comercialización del azúcar, le permitió la ampliación del inmueble.
Del Valle, decidió mantener el nombre pues coincidía
con el de su esposa Amparo Suero del
Valle.
Al frente de la ejecución del palacio se encontraba el
arquitecto italiano Alfredo Colli Fanconetti, quien fue auxiliado por el maestro de obras Juan
Suárez, para dar forma al diseño del arquitecto cienfueguero Pablo Donato
Carbonell y la propia Doña Amparo.
Un millón y medio de pesos costó la edificación en la
que trabajaron artesanos franceses, árabes, italianos y cubanos, y cuyos
materiales fueron importados desde España, Italia y Estados Unidos.
El chalet por dentro
Resguardan
una de las entradas del palacio dos esfinges que personifican el sol y simulan
las fábulas egipcias, con cabeza y pecho de mujer, y cuerpo y patas de león.
La planta baja del chalet cuenta con un vestíbulo
de estilo gótico-primitivo, un salón comedor de influencia mudéjar, una sala de
música y juego, y otra de visitas, con adornos en oro.
El segundo piso, con corte veneciano y un poco menos
decorado, posee ocho dormitorios, cuatro baños, varias terrazas y pasillos, en
los que priman la belleza, variedad de los pisos y zócalos, y un hermoso
enrejado forjado en Sevilla.
Tres
torres rematan la edificación: una con influencia gótico-románica, otra que recuerda
el monumento del Taj Mahal y la última de estilo árabe. En la plataforma del
techo está asentada además, una glorieta que mira hacia la bahía cienfueguera.
El piso del Palacio de Valle muestra con sello
artístico las siglas de quien fuera dueño de la edificación y en los decorados interiores del edificio,
aparecen inscripciones que revelan la nacionalidad de los constructores.
Un palacio
para todos
Luego, en la década de1940 la
Sociedad de
Instrucción y Recreo Club de Cazadores y Náutico de Cienfuegos, alquiló sus
salones como local social y alojamiento eventual de sus atletas.
Nuevos intentos de reabrirlo se vislumbraron a finales
de la década del 50 con pretensiones de convertirlo en una casino de juegos y
razón esencial por la que se construyó el hotel Jagua.
El triunfo de la Revolución en 1959, permitió que se ubicara allí la Escuela de Artes Plásticas
Rolando Escardó, donde se forjaron importantes artistas cienfuegueros.
El chalet ostenta desde el año 2000 la categoría de
Monumento Nacional en reconocimiento a sus indiscutibles valores.
Además
de restaurante, cuya especialidad son los mariscos, el inmueble funciona
también como museo que muestra lo más genuino del eclecticismo cienfueguero. Puede escucharse además las diversas canciones
interpretadas por Carmencita, una figura emblemática en el Palacio de Valle.
Vista del Restaurant |
Con una vista panorámica de la bahía, en el bar de la
terraza se ofrecen bebidas exquisitas para refrescar durante los días calurosos
en la isla de Cuba
Vista lateral del chalet |
Decoración con imagen de los tres reyes |
Vista lateral |
Vista de la terraza |
Vista de la terraza |
Vista de los vitrales de las puertas |
Vista de decoración del piso |
Decoración ventanas |
Vista ventanas |
Lámparas colgantes |
Vitral |
Esfinges de la entrada |
Terraza superior |
Vista de ventanas exteriores |
Carmencita cantante del lugar |
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