El padre de René González ha muerto y su hijo no pudo acompañarlo durante sus últimas horas, apenas unos pocos días pudo estar con él en Cuba, cuando le dieron permiso para venir a la Isla a visitar a su hermano Roberto, que estaba gravemente enfermo.
Y bien triste que es no estar cerca de los padres cuando
llega ese último momento en nuestras vidas, sobre todo cuando las razones de la
lejanía son ajenas a nuestra voluntad.
No pudo estar René tampoco en el nacimiento de su primer
nieto.
A penas por fotos y escasos minutos al teléfono supo de los
pormenores de la llegada del niño.
No estuvo tampoco en las reuniones de padres de sus hijas,
ni en sus cumpleaños, ni en su adolescencia, ni en otros momentos cruciales,
que por no decir todos, son imprescindibles entre padre e hija.
No estuvo René en
ellos, ¿dónde estaba?... Preso!!!
Y no por robar,
asesinar o cualquier otro crimen reprochable. Estaba retenido injustamente en
cárceles norteamericanas por desenmascarar planes terroristas contra la isla de
Cuba.
René, junto a otros cuatro cubanos, estuvo preso por más de
13 años.
René es el único que ha sido puesto en libertad supervisada. Sus otros hermanos continúan aun injustamente encarcelados.
René es el único que ha sido puesto en libertad supervisada. Sus otros hermanos continúan aun injustamente encarcelados.
René ha estado ausente en momentos cruciales de su familia,
pero ha sido solo ausencia física.
René ya no es solo de
su familia, ahora es de todo un pueblo para el que ha estado siempre dispuesto.
Por lo tanto, su padre no murió solo.
Millones de cubanos le
acompañaron también en cuerpo, alma y esperanza. René, Tony, Gerardo, Fernando
y Ramón no nos faltarán nunca y tampoco les faltará su agradecido pueblo.
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