Crecí cuando niña cantando una canción que no decía tu nombre. Solo hablaba de una gran sonrisa, un sobrero alón y un gran corazón.
Cada 28 de octubre iba de camino a la escuela robando flores de algún jardín. Junto a mis compañeros las arrojábamos a algún río, porque las llevarían directo al mar.
De adolescente continuaba haciéndolo… ya no las lanzaba a alguna laguna, pero no sé como nos la agenciábamos para colocar frente a tu cuadro un ramo de flores, sin poder salir de la escuela porque estábamos becados.
En la universidad eran otras las actividades para recordar la fecha de tu desaparición física, pero no faltaba un ramo para ti.
Sin embargo hoy también quiero darte flores, sin importar que no sea 28 de octubre, quiero darte flores por tu 80 cumpleaños.
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