Ayer fue un día triste. Supe de muertes de seres queridos y las distancias que nos les dejaron llegar a tiempo. Ayer fue un lunes gris de lágrimas y dolor para otros que, cercanos o no, sus pérdidas me dolieron también a mí. En una de las historias una hija que se fue del país, no volvió a ver a su padre, en la otra un hijo que se quedó en Cuba no volvió a ver a un padre que se marchó. Entonces pensé que no podría nunca dejar a mis padres, mis hermanos, pareja y amigos, no podría desprenderme nunca de esta tierra maravillosa que, llena de defectos tiene todo lo que y a los que quiero más. No podría irme nunca de mi Isla, sería como irme de mi propia vida.
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