No quería hacerlo, pero no quedaba de otra. Su novio le había pedido una foto que guardaría en su teléfono para recordarla cuando no estuvieran juntos. Al principio dudó, pero luego se desnudó con vergüenza, como quien lo hace en público, se relajó y comenzó a posar.
Luego de aquella tarde el celular comenzó a ser parte de la relación. Lo mismo la filmaba bailando provocativamente, haciéndole la felación o en pleno acto sexual. Ella se veía desnuda, completamente, a él nunca se le descubrió el rostro.
Llegó a decir que si no era de esa forma él no podía excitarse, que nadie vería nunca ninguno de aquellos archivos, que los había encriptado, que los guardaba con contraseña…. pero no hay secretos entre el cielo y la tierra en el mundo de los informáticos.
Su celular cayó un día en manos habilidosas y la reputación de ella cayó también.
lunes, 27 de junio de 2016
miércoles, 22 de junio de 2016
Desde mi barrio (+Mapa, galería de fotos, video)
La calidad en el funcionamiento de un CDR depende de la calidez de su gente. Tal organización de masas es mucho más que la “forma oficial” de aglutinar a los vecinos. Es también una maravillosa excusa para celebrar, debatir y compartir.
Sin embargo, los tiempos que corren de escasez y miserias humanas más que materiales, han hecho a muchos cubanos apáticos a la organización, incrédulos ante cuánto puede esta aportar no solo al colectivo, sino a la individualidad.
A ello también se le suman dirigentes que no comprenden todavía su verdadera función y apenas cumplen con las reuniones programadas, la recogida de la cotización y a pura inercia, la caldosa del 28 de septiembre.
En mi barrio, también existen todo tipo de personas, como las anteriormente expuestas, pero son las menos.
miércoles, 1 de junio de 2016
Rápido y furioso: ficticio en La Habana, real en Cienfuegos
Fotos:
Cortesía de TKché
No
hay por qué envidiar en Cienfuegos las imágenes de la película Rápido y Furioso
filmadas unas semanas atrás en La Habana. Sobre todo cuando tenemos en nuestras
propias pistas, corredores reales por encima de los actores Vin Diesel o Rachel
Gómez, quienes posiblemente nunca hayan alcanzado en un vehículo más de 200 km/h.
Que
alguien logre entonces superar esa velocidad en apenas tres cuadras podría imaginarse
en tales filmes de Hollywood, pero ni escenarios ficticios, ni muchos menos
efectos especiales rondan estas exhibiciones, totalmente reales, totalmente
cienfuegueras.
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