Apenas se tiene
un pie dentro de la Universidad, la incertidumbre sobre el futuro laboral
persiste casi hasta la fecha misma de graduación. Lo digo por experiencia
propia. A mi llegaron a dibujarme la posibilidad (real) de trabajar como
maestro en algún centro educativo, fuera incluso de la enseñanza superior. “Será
donde el país los necesite”, nos decían de forma lapidaria.
Con esos truenos, imaginen el desconcierto. El destino de quienes apostamos por estudiar Periodismo no lo determinaban las decisiones ni el desempeño docente del alumno. Las aspiraciones personales carecían de valor ante la estrechez arbitraria de las opciones.