La primera vez que escuché a Taily hablar de cómo limpiaba a su perra con papel sanitario me pareció ridícula. Aquel día que vi a Lourdes llorar desconsoladamente porque Sabian se había perdido me pareció una aflicción innecesaria. Nunca pude comprender completamente el dolor de Bob cuando tuvo que “poner a dormir” a su gato Broccoli. Siempre creí incluso, que por la luz en su rostro y su forma de recordarla, Migue había querido más a Moti que a mí. Yo nunca había tenido mascota, mis padres nunca lo permitieron, y aunque de vez en cuando adoptaba por minutos el Grone de mi abuela, o el Canelo de Isabel, o la Michico de Daylis, o la Laica de Arlén, yo nunca había tenido un animal para mí y entonces…, llegó Chelsea.
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lunes, 18 de mayo de 2015
viernes, 15 de mayo de 2015
Este cuadro cubano del siglo XXI
El cuadro imaginario de mi familia ha cambiado mucho
hace pocos años. Desde que mi hermana llegó enferma de cáncer de una misión en
Venezuela, ya no somos los mismos. Tres mujeres de varias generaciones, aún
llenas de sueños componen esta pintura cubana del siglo XXI. Tres mujeres y un
niño de dos años, aún con pocas palabras por decir, pero mucho cariño que
expresar.
Desde afuera contemplo a mi familia. Llena también
de contradicciones y de interrogantes. Atenta para ver cómo distribuyen el
salario de mi hermana Ara, la chequera de mi mamá o el dinero por certificado
médico. Ansiosa de poder enviarles mucho
más que unos pocos pesitos al mes, esos mismos que completan mi salario cuando
me enrumbo en guagua a verlas, al menos ahora, una vez cada 45 días.
A veces como ahora, no sé dónde colocar este cuadro
cubano del siglo XXI, si meterlo en una maleta y llevármelo a la mitad del
mundo, cargarlo en mis hombros entre viento, mareas y huracanes, o acabarme de
incluir, otra vez en él.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Cuentapropismo: redondo, pero en caja cuadrada
Más de medio millón de trabajadores por cuenta propia ejercen hoy en Cuba, tras el relanzamiento de esta modalidad de
empleo en 2010. De limitarnos a las cifras, no cabrían dudas sobre su solidez
en el último lustro, pues de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, los ingresos del sector privado a la economía nacional el
pasado año superaron los dos mil 500 millones de pesos.