Era a apenas un muchacho cuando llegó por primera vez al policlínico. Recién graduado, temeroso por el primer diagnóstico que haría en aquel lugar de Cienfuegos, donde lo había puesto la Revolución. Han pasado casi 30 años y Eduardo Castañeda Álvarez, Edy, como los conocen todos, es uno de los médicos formados para atender a la familia.
“Recuerdo que no pude escoger otra especialidad como se hace ahora. Me tocó esa y a ciencia cierta, si hoy pudiera escoger, volvería a ser Médico General Integral”.
Tal vez para ese tiempo soñaba con realizar grandes cirugías en un salón de operaciones o recibir pacientes en el cuerpo de guardia de un gran hospital, pero le tocó estar allí donde abundan los viejitos, las mujeres embarazadas o con niños pequeños, en fin, la comunidad.
“Estoy muy orgulloso de mi labor y profesionalmente me siento satisfecho. Esta es una especialidad difícil porque hay que saber de todo”.
Solo tres años estuvo separado de su gente, cuando tuvo que “mudar” su consulta a las tierras de Jamaica.
“Hay que salir de Cuba para poder comparar las bondades de nuestro sistema de salud. Si no se visita otro lugar no se creen las historias de los padecimientos de otros pueblos. Esa labor internacionalista no solo contribuyó en mi formación profesional, sino como ser humano”.
Han pasado casi 30 años desde que Edy llegó al policlínico que ha sido también su hogar. Su familia ha sido desde entonces la comunidad. No hay razones para dudar entonces, que él sea el médico más querido en Tulipán.
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