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lunes, 6 de enero de 2014

A Cienfuegos siempre hay que venir (+Galería de fotos)

FIdel junto a los marinos de Cayo Loco
Cuentan que aquel día también el pueblo salió a las calles a saludar a los barbudos. Era martes seis de enero de 1959, y como en igual fecha los cienfuegueros se juntaron a los lados de la carretera central para dar la bienvenida, esta vez, a los jóvenes.
En las inmediaciones del poblado de Martha Abreu, en Villa Clara, ambas caravanas se encontraron. Juntas recorrieron entonces los kilómetros que separan ese consejo popular del monumento a la Batalla de Mal Tiempo.
Allí los de la ciudad del Guerrillero Heroico entregaban a los cienfuegueros, la bandera que cada enero recorre triunfal la Isla, de Oriente a Occidente.
Fidel saluda al pueblo
Desde allí salió entonces la Caravana de la Libertad que hace 55 años trajo a Cienfuegos a los barbudos de la Sierra Maestra.
Esta vez sobre los jeeps y camiones jóvenes estudiantes y trabajadores en representación de todo el pueblo ondeaban la enseña nacional y la bandera del rojinegra del Movimiento 26-7.
Con la puesta de sol partieron entonces hacia la ciudad de Cienfuegos. Varias antorchas alumbraron el camino como hace 55 años. Agitando sus pañoletas, aún los pioneros aguardaban a pesar del agotamiento físico. Junto a ellos se aglomeraban los padres y vecinos. Todos querían saludar y dar la bienvenida, como en 1959, a la Caravana de la Libertad.
Y en cada sitio el pueblo saluda
Fidel y María Covadonga
Los 55 jóvenes que integraron la caravana recorrieron exactamente los mismos lugares que Fidel y los revolucionarios. Sin embargo, esta vez, los participantes quisieron detenerse en el panteón de los caídos en el Cementerio Tomás Acea y rendir tributo a quienes soñaron con aquella visita triunfal.
Al igual que aquel día de reyes, entraron a la Base Naval de Cayo Loco, a recordar a los caídos durante el Levantamiento Popular del Cinco de Septiembre de 1957.
También llegaron hasta el Restaurante Covadonga, donde hace más de cinco décadas María brindó a Fidel una porción de su famosa paella.
Y en cada sitio, el pueblo salía saludar.
El escolta de Fidel
De pie, al frente de la caravana, como rememorando aquel día triunfal de 1959, venía el escolta de Fidel. Como si hubiera sido aquel martes, llegó entre los primeros jeeps. Ahora acompañado por las principales autoridades del Partido Comunista de Cuba, la Unión de Jóvenes Comunistas y el Gobierno, El general de la Reserva Marcelo Verdecia Perdomo, recordaba aquellos días.
A la izquiera de Fidel, Marcelo Verdecia
Era apenas un niño. De ello da fe la fotografía que recibió especialmente como agasajo por su participación en la gesta revolucionaria. Vestido de verdeolivo, el General de la Reserva manifestó que volvería a cuidarle las espaldas al Comandante en Jefe su fuera necesario.
Como si hubiera sido ayer recuerda el itinerario de Fidel durante su breve paso por este territorio. Su posición de escolta le permitió ser testigo cercano de las conversaciones del líder de la Revolución con el pueblo y a su vez del agasajo de este.
  Recordó que Fidel explicó a los pobladores la necesidad de la unidad para mantener la naciente Revolución
Verdecia, mientras viva, será testigo siempre, porque recordar aquellos sucesos es como volver a vivirlos.
Una gala para el pueblo
Miles de personas se dieron cita en la noche del lunes para recibir a la Caravana de la Libertad.
Aunque esta vez el escenario no era una tribuna improvisada en un camión en el parque José Martí el talento local actuó con la pasión de quien le canta y declama a las conquistas de la Revolución.
Vivian García Escudero, joven recién graduada de la carrera de medicina habló en representación de las nuevas generaciones y resaltó el compromiso de estas con la Patria.
Destacó el papel de los jóvenes en la conducción de la sociedad hacia la concreción del sueño de aquellos barbudos que entraron a Cienfuegos en 1959.
En la tribuna improvisada en el Parque Martí
También Diosvany Acosta Abrahantes, primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas en la provincia, expresó el apoyo de la juventud cienfueguera en el reclamo por la libertad de los cinco héroes cubanos prisioneros injustamente en Estados Unidos. Manifestó la importancia de que las nuevas generaciones evoquen estos sucesos históricos y continúen el legado de los héroes y mártires de la patria.
Recordó asimismo la trascendente frase de Fidel "Había que venir aquí, aunque solo fuera a rendir tributo a los héroes que cayeron el Cinco de Septiembre de 1957".
Invitado especialmente a la gala, el intérprete Augusto Enríquez despidió la velada.
En horas de la mañana del siete de enero, los jóvenes de la caravana de la libertad, partieron hasta el poblado de los Arabos en Matanzas, hasta donde escoltaron la bandera cubana, que este miércoles, como hace 55 años, entró en La Habana.


 

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