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viernes, 27 de diciembre de 2013

Se abren muchas ramas, ¿torcidas? (entrevista a la Ministra de Educación)



La educación es como un árbol: se siembra una semilla y se abren muchas ramas.

  Tiene la educación cubana actual, varios retos por delante, en estos tiempos que tal vez sean de los más duros para el sector. La escasez de maestros; la pérdida de valores en los más jóvenes; la competencia y utilización de las nuevas tecnologías; y “fenómenos fraudulentos” que denigran el prestigio de quienes tienen la tarea de mantener esa obra de infinito amor; son de las principales cuestiones que ocupan y preocupan.
  Conscientes de sus deficiencias, el Ministerio de Educación participó en las asambleas provinciales de la Federación de Estudiantesde la Enseñanza Media (FEEM), las cuales durante los últimos meses del año se realizaron en Cuba. Constituyó esa una forma de escuchar de primera mano los criterios de quienes llenan las aulas.

  A propósito de su visita a esta provincia Ena Elsa Velázquez, titular del sector, accedió a conversar con Cinco de Septiembre.
  ¿Cómo enfrenta la educación cubana actual los retos futuros ante la escasez de maestros?
  “Hace algún tiempo hicimos un estudio a largo plazo sobre cómo se comportará la educación en la Isla para 2016, con el propósito de determinar la situación que puede existir en cada territorio”.
  “Varias han sido las alternativas puestas en práctica para resolver el déficit, entre estas, el curso de formación de dos años, que poco a poco queremos eliminar. Sin restarle importancia a este, nuestro interés principal es que los futuros maestros se formen en las Universidades de Ciencias Pedagógicas (UCP) y accedan a estas a través de las pruebas de ingreso, como ocurre a aquellos que aspiran a alcanzar la enseñanza superior”.
  Mientras provincias como Santiago de Cuba y Pinar del Río tienen una cobertura favorable y prescindieron ya en septiembre de estos cursos de dos años, Cienfuegos aún debe mantenerlo porque fue insuficiente el número de alumnos que ingresaron a la UCP.
  “Cuando comenzamos a hacer las primeras pruebas de ingreso a la enseñanza superior pedagógica, ingresaron casi cinco mil, en esta provincia solo lo hicieron un poco más de 130, y por lo tanto ni siquiera pudieron abrirse todas las especialidades”.
  Una nueva forma de ingresar a la UCP fue retomada este año, ¿cómo ha sido su puesta en práctica?
  “Ahora también aquellos que se gradúan de la Enseñanza TécnicaProfesional (ETP) pueden aspirar a ser licenciados en economía, mecánica, eléctrica, construcción, veterinaria, y garantizar así mismo, el incremento de profesores para los sus propios politécnicos.”
  “Esta es una ventaja porque los egresados de esos centros de nivel medio ya tienen habilidades prácticas, conocimientos de la especialidad y siempre los resultados pueden ser mejores. Sin embargo, esa opción fue poco utilizada”.
  “Reconocemos que tal vez por incluirse entre los últimos aspectos aprobados por el ministerio, previos al inicio del curso, faltó divulgación e información, pero toca a los propios directores de los politécnicos gestionar su fuerza profesoral, y realizar formación vocacional con sus estudiantes.
  En comparación con otras provincias, ¿cómo enfrenta Cienfuegos la situación actual en la educación?
  “A pesar de que el curso pasado tuvo buenos resultados integrales, no fue este territorio de los mejores en las calificaciones en las pruebas de ingreso. Eso, como en todo el país, no es solo resultado de no estudiar, o la poca preocupación, sino también de la calidad de los profesores, de su estabilidad”.
  “Para las pruebas de ingreso el alumno se prepara desde la primaria, porque se evalúan conocimientos que se aprenden en todos los niveles”.
  “Por eso hago énfasis en el ingreso a la UCP y a las escuelas pedagógicas. No basta con que aspiren a la enseñanza superior 500 estudiantes y que solo 100 aprueben los exámenes. Entonces, esa cifra indica que los otros 400 no eran los más preparados, y necesitamos que los futuros profesores sean también los alumnos más integrales, los mejores, porque al final un alumno con un promedio de 60 o 70 puntos, pudiera ser, pero no es el de más posibilidades para ser un buen profesor y convertirse en el profesional que queremos.
  Hay dos temas que no pueden faltar en esta entrevista, uno es el fraude académico y el otro la pérdida de valores, ¿cómo enfrenta el ministerio estos “fenómenos” que desafortunadamente, han tomado fuerza los últimos años?
  “En algunas asambleas de la FEEM en las que hemos estado se ha visto como algo positivo que dos profesores cuiden las pruebas, sin embargo, así no vamos a resolver los problemas. Los casos de este tipo que se dieron en La Habana, no fueron denunciados por los estudiantes ni sus dirigentes. Las indisciplinas y el fraude no se resuelven con arengas ni discursos, ni pronunciamientos, sino con combatividad”.
  “Estoy segura de que en una escuela ni todos usan mal el uniforme, ni todos cometen fraude, y cada colectivo sabe y tiene identificados a quienes son el problema, pero no los denuncian, hablan en general, meten a todos en un mismo saco y entonces el que tiene problemas no se siente aludido. Y aunque son minoría los profesores y alumnos que tienen estos problemas, denigran al resto”.
  “Tampoco es apartar, sino sumar, pero se debe llamar la atención de forma oportuna para que puedan rectificar. El trabajo debe traspasar los muros de la escuela, porque no hacemos nada con que dentro haya un buen comportamiento por el control de los profesores y afuera suceda todo lo contrario, y sabemos qué eso está ocurriendo”.
  Ciertamente intensos y difíciles son los retos de los maestros de hoy, cuya jornada se celebra por estos días. Sin embargo, no bastan solo ellos para evitar que tras sembrar la semilla, se abran ramas torcidas.  

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