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jueves, 8 de agosto de 2013

Gozar la AIN, ¿cómo podría?


Papá siempre me ha dicho que todo lo que sucede conviene. Me dice: “Goza lo que Dios te dio”, y eso es cierto. En mis pocos años, me he percatado de que es la mejor manera de asumir la vida sin que te mueras de un infarto, te estreses o te dé migraña.
No es coger las cosas con carácter deportivo, sino con mesura y tranquilidad ante las tensiones y presiones constantes de la vida.
Confieso que nunca quise trabajar en la Agencia de Información Nacional. Ni en mi boleta estaba ese medio de prensa, cuando escribí en orden jerárquico dónde quería comenzar mi vida laboral como recién graduada de periodismo.
Sin embargo, no se puede negar, cuánto he aprendido
Puedo decir que la AIN me ha hecho ser una mejor periodista. Sus en ocasiones normas estrictas, que a ojos extraños pudieran ser incluso, ridículas, me han convertido en una profesional que sabe aprovechar hasta el máximo una entrevista, reunión o cualquier otra cosa donde haya información.
 Es cierto, he aprendido, pero también lo es que no quiero terminar aquí el resto de mi vida. Tal vez por vanidad, o qué se yo, quiero llevarle a mi madre los recortes de mi trabajo en algún periódico; o que escuche mi voz en la radio; o me vea en televisión. Lleva casi 10 años esperando por eso, y la quiero hacer feliz.
 Con su carácter de anonimato la AIN le ha quitado esas alegrías. No le ha permitido saber que esa noticia de Cienfuegos que leen por la radio la redactó su hija, o que la información que dio pie a un trabajo en la televisión, fue su niña lejana quién la reseñó primero.
Para colmo ni siquiera puede acceder a Internet dónde tengo mi blog.
Pueden tildarme entonces de vanidosa y hasta autosuficiente, pero qué persona no quiere ver su trabajo reconocido, y qué cubano no quiere dar el palo periodístico, y qué sepan que fue él. Si no es así ¿de qué vale, de satisfacción interior?
Además es duro entrevistar a algún campesino u otro trabajador honrado sin acceso a la red de redes y que te pregunte: ¿Y eso, por dónde sale?, y ¿qué le vas a responder tú? Por muy importante que sea el Internet, él no tiene acceso a eso, y a la gente, a los cubanos, les gusta verse en la televisión, leerse en el periódico u oírse en la radio. Vistilla[i] de isleños, diría yo.
Ni la AIN, ni sus periodistas tienen todo el mérito que merecen, y me duele porque tiene muchísima gente buena y talentosa cuyo trabajo a veces, no es valorado lo suficiente ni siquiera por sus propios colegas.

[i] Vocablo cubano que se utiliza para expresar que se enorgullece de algo

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