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jueves, 26 de enero de 2012

Salud mental: ¿cuestión de locos?


Aunque para algunos la salud mental es un asunto de “locos”, en el mundo cada día aumenta el número de personas que requieren de ayuda psicológica, sin supuestamente, “tener un tornillo suelto”.
Estos mitos de marginar a aquellos desequilibrados mentalmente datan de tiempos tan remotos como la etapa primitiva.
El hombre antiguo creía que estos trastornos tenían un origen sobrenatural y para expulsar los espíritus malignos del cuerpo recurría a la práctica del exorcismo.

Luego, en la Edad Media, afianzaron la concepción arcaica y mágica de la ‘enfermedad’ al recluir a los pacientes en degradantes manicomios para ahuyentar al demonio. A pesar de esa creencia religiosa, la orden San Juan de Dios atendía a los necesitados con caridad cristiana.
En 1794 el médico francés Phillipe Pinel, liberó a los enfermos encadenados a las paredes de uno de los sanatorios más grandes de su país. Consideraba posible la recuperación de un amplio grupo a partir del tratamiento moral. 
En la Alemania nazi, numerosos pacientes mentales fueron sometidos a la práctica de la esterilización, cosificados y a la postre, asesinados en los campos de exterminio.

En Japón, por su parte, desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1988, el sistema de atención a esos enfermos era básicamente el internamiento en zonas rurales remotas.
Tras el holocausto, inició la reforma psiquiátrica, que pretendía humanizar los hospitales especializados en este padecimiento y sustituir la reclusión manicomial por formas menos indecentes y más terapéuticas.
Actualmente las personas con trastornos mentales tienen derechos, como cualquier paciente a que se le informe sobre las características de su malestar y los riesgos de cada tratamiento. Claro está, siempre que estén en su sano juicio.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, mil millones de personas sufren en todo el mundo enfermedades de este tipoy trastornos neurológicos, y una de cada cuatro personas precisará, a lo largo de su vida, asistencia por alguna algunos de estos padecimientos.
A pesar de estas cifras en constante aumento, en los países occidentales menos del 25 % de los afectados es diagnosticado y tratado correctamente.
En nuestro país, existen equipos médicos especializados que contribuyen al bienestar físico, mental y social de la familia cubana.
Aunque muchas veces las visitas a estos especialistas comienzan con preocupaciones de los padres por actitudes anormales en los niños, las consultas van desde una situación de estrés emocional fuerte, hasta un anciano deprimido, problemas de alcoholismo, y trastornos alimenticios.
Es por ello que la salud mental no atañe solamente a los “locos”. Sobrados ejemplos de la cotidianidad muestran a personas que han sobrevivido a enfermedades casi mortales debido a su entereza psicológica, y existen también los que de forma viceversa, agravan cualquier padecimiento, o incluso crean uno nuevo, con incluso cualquier desequilibrio emocional.
La responsabilidad familiar influye pues, de manera determinante en el equilibrio emocional, aunque a la larga es el hombre, como ser individual, el único capaz de lograr una adecuada salud mental.

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