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martes, 9 de febrero de 2016

En el paradero de Yulieski Gurriel


Tomado de su cuenta de Twitter

Por Yulieski Gourriel comenzó a gustarme la pelota en 2006. Aquella actuación suya y del equipo Cuba en el primer clásico mundial, -segundo lugar que algunos dicen nos engañó, particularmente discrepo, pero qué se yo de pelota-, me apasionó de a lleno en este deporte de jonrones y ponches.
Al Yuli lo conocí unos días después de regresar de San Juan, justo en la reanudación de la Serie.
El tal vez más odiado/envidiado/querido/admirado por la fanaticada cubana, no me pareció, aquel día, ni por un momento un muchacho arrogante, sino más bien consecuente, todo el tiempo, con el peso de su apellido.
Pasaron los años, aumentaron las glorias, y su actitud nunca cambió. Todavía no entiendo por qué algunos lo odiaban, más allá de aquellas jugadas o ponches que en algún momento, definieron un partido en área internacional, que luego con su accionar en otros las borraba.