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viernes, 20 de septiembre de 2013

La cinta amarilla de mi bolso: también por Los Cinco

 Hace días llevo una cinta amarilla en mi bolso. No pude esperar al 12 de septiembre para demostrarle al mundo que también yo podría tener en Gerardo, Antonio, Ramón, Fernando o René un tío, un hermano e incluso un padre.
Ha sido emocionante ver cómo los cubanos, se han sumado a la convocatoria de René, aunque siempre algunos oportunistas, han aprovechado para sacar provecho de esta lucha del pueblo. Como dicen que dijo una vez Máximo Gómez, “los cubanos, si no llegamos, nos pasamos”.

Pero a pesar de directivos que imponen el uso del lazo amarillo, sin conocer si quiera el porqué de este símbolo, son miles los que de corazón se han sumado a la lucha, los que conscientemente se las ingeniaron para combinar esa prenda en algún lugar visible.
Así, desde cuentapropistas que colocan en sus carros de alquiler cintas como anillo al dedo con el color de sus taxis; hasta parejas que la única cinta en la casa decidieron compartirla en el balcón de su apartamento para juntos mostrar su posición solidaria al mundo y otros que lo han atado al bolso, cual amuleto de la suerte; Cuba completa se ha hecho un gran lazo amarillo.
Para Los Cinco, que son nuestros hermanos, que a pesar de incomprensiones e incluso distancia generacional, han hecho de su necedad una verdadera muestra de cubanía.
Por los Cinco llevo desde hace días una cinta amarilla en el bolso, y allí seguirá.Por los cinco mis vecinos conservan aún sus cintas amarillas en sus casas.

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