Bitácora de Glenda: Orquídeas que nacen de las manos de un hombre ( Galería+Audio)

Orquídea Macradenia

Las orquídeas son flores extremadamente bellas y diversas. Es fácil encontrarlas en varios colores, aunque resaltan a la imaginación las violáceas y amarillas.

Cuando pensamos en ellas, o en cualquier otra flor, nos vienen a la mente las mujeres, sin embargo ha sido un hombre quien se ha dedicado por casi tres décadas a resguardarlas en su propio santuario.

A pocos kilómetros de la ciudad de Cienfuegos, en el municipio Palmira, Omar Alomá Moreno cuida más de mil 600 especies de plantas y 67 familias botánicas, y entre ellas, el segundo orquideario más grande Cuba, después del de Soroa en Pinar del Río.

En el jardín Macradenia, llamado así por una especie en extinción que halló en las montañas del Escambray cienfueguero, también coexiste una colección de helechos y plantas ornamentales.

En apenas 970 metros cuadrados ese templo de la naturaleza abre las puertas hace más de 20 años a los amantes de las plantas.

“Aprovechamos todo el espacio y tenemos plantas en todos los espacios, arriba y abajo. Tenemos identificada las especies con una ficha y registro de introducción, así como también una fototeca y una base de datos con todas las colectas que se han realizado en el país”, comenta Omar.

Planta insectívora

“La colección de orquídeas sobresale desde el punto de vista genético y ornamental. Son 420 especies y de ellas el 30 por ciento son cubanas. Es una labor que exige dedicación, paciencia, tiempo y sacrificio”.

“Algunas colecciones están ubicadas taxonómicamente, o sea, por su clasificación, otras ecológicamente, por donde mejor se cultivan”.

“A diario cuatro compañeros que estamos al cuidado del jardín regamos las plantas de forma manual porque todas no llevan el mismo nivel de agua ni la misma intensidad”.

Miles son las visitas anuales que recibe este oasis natural. Desde amantes de la botánica hasta turistas y niños curiosos, el recorrido por el vergel causa emoción, tranquilidad y la impresión de haber llegado al Edén que creó Dios para los hombres.