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miércoles, 30 de mayo de 2012

El Macondo cubano: un pueblo indestructible

"No te imaginas qué contento estoy con la noticia de que hay un Macondo cubano, cuánto me emocionó conocer por tu discurso los pormenores de su nacimiento. No tengo ninguna preocupación por su destino: ese Macondo resistirá a todos los vientos, porque no ha sido creado bajo el signo de la soledad como el otro, sino bajo el signo milenario de la solidaridad. Será un pueblo indestructible, ya lo verás."

Así comenzó el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez (Gabo), su carta a Haydée Santamaría en 1970. Se refería a un pueblo al sur de la provincia de LasTunas: Amancio Rodríguez.
Comienzo de la historia
En septiembre de 1969 el matrimonio de Armando Hart y Haydeé Santamaría, junto a un grupo de compañeros de la Escuela Nacional de PartidoÑico López”, fueron asignados para atender la zafra azucarera en un municipio de pescadores al sur de la provincia de Camagüey, (hoy pertenece al territorio de Las Tunas).
Mientras Hart se dedicaba a exhortar a los macheteros y estar al tanto de los asuntos relacionados con la contienda azucarera, Haydeé y su secretaria Graciela Rodríguez (Chela) se dedicaban a realizar obras sociales en escuelas, casas de campesinos, etc.
¿Por qué Macondo?
Haydée y el Gabo
Por aquellos días Amancio era un pueblito desolado que no tenía grandes atracciones por estar lejos de la capital provincial. Tal vez por esa razón Haydeé lo llamó Macondo, justo como aquel pueblo del libro “Cien Años de Soledad” del Gabo, que construyeron sus propios habitantes en el medio de la selva, y que fue escenario de intersantes historias.
“Haydée decía que Amancio era como un Macondo, porque había abandono, y existían condiciones objetivas de obras sociales que no se habían llevado a cabo porque no había llegado aquí la persona que como ella, tuviera ese entusiasmo y esa  visión clara de los problemas”, reflexiona Esperanza Reynó, profesora de la sede universitaria.
Obras sociales
Aunque no estuvo muy relacionado con la pareja de revolucionarios, Orlando Torres, historiador de la ciudad amanciera, recuerda las actividades que realizó la heroína del Moncada. “Haydeé llevó a cabo una labor social que el pueblo de Amancio recordará siempre. Era muy preocupada y lo mismo andaba de día que de noche en los lugares, chequeando los problemas”.
En las escuelas hizo obras sociales con los maestros y los niños. Junto a su secretaria tenían un taller en Amancio donde repartían ropas a los profesores y también a los infantes. Además  les entregaban material escolar y zapatos.
Esperanza Reynó
“Le dio una atención muy especial a los escolares, entre los cuales yo me vi involucrada,-recuerda Esperanza Reynó- repartió zapatos para los niños de primaria, unos zapatos españoles y otros plásticos que en aquel momento se comenzaban a fabricar en nuestro país. Se dedicó a fundar pequeñas instituciones que mejoraron la vida del pueblo.”
Entregó materiales para la construcción de obras sociales como el acueducto, una pizzería, escuelas, una carretera.
Creó además un taller de corte y costura que generó empleos a varias mujeres del territorio y prestó el servicio que necesitaba la población.
Los campesinos, no sólo recibieron materiales para la construcción de sus viviendas, así lo recordaba Celia Hart Santamaría, hija de la pareja: …como cuento de hadas, mi tía Aída enviaba todos los artículos abandonados por los presurosos burgueses que abandonaban el país: las campesinas de Amancio contaban además de una exigencia por cortar caña, con cacerolas esmaltadas, cubiertos finos, sábanas de lujo, enviadas por el Departamento de Aida Santamaría Bienes Recuperados del Estado”.
Casa de la madre de Pedro Plaza
En Amancio se reunió con las madres de los mártires del territorio y a cada una le preguntó qué les hacía falta. Las madres de los que habían abonado el suelo con su sangre generosa, no podían ser desamparadas por la naciente Revolución. A algunas les entregaron casas, otras recibieron sillas de ruedas por estar enfermas e imposibilitadas para caminar.
 Una de las beneficiadas fue la madre del mártir Pedro Plaza quien vivió hasta su muerte en una casa asignada por Haydeé.
Pero, no bastaba sólo con la construcción de una carretera que uniera a Amancio con Guáimaro, Haydeé solicitó, además, una ruta de transporte por ómnibus que enlazara el municipio con ciudades importantes como La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey.
Hasta ese momento, para los locales, viajar era muy difícil, pues se encontraban alejados de la carretera central.
Pero también Haydeé supo quitarse para dar a personas que lo necesitaban. Así fue como algunos amancieros recibieron de ella, cunas para sus hijos, juegos de cuarto, juegos de tasas e incluso un par de zapatos rojos que un día Nancy, una trabajadora del Ministerio del Interior le elogió.
En su casa los niños veían la televisión y no permitió nunca que ella y Armando Hart tuvieran privilegios que sus vecinos no tenían.
Al pelotero Gregorio Pérez, uno de los deportistas más destacados que ha tenido Amancio, le entregaron la casa donde ellos vivían al volver para La Habana a mediados de 1970.
1450 Khz. CMLN, al sur de la provincia de Las Tunas
Entrada de Radio Maboas
Por aquel entonces Amancio no tenía ningún medio de difusión por lo que Haydeé y Hart, pidieron a Francisco Rivero, en aquel entonces Director Provincial de Radio en Camagüey, crear una radioemisora en aquel pequeño pueblo.
Radio Maboas
Placa en la entrada
“Precisamente no iba a llamarse radio Maboas cuando comienza, explica Orlando Torres, pues querían ponerle Radio Costa Sur, pero Hart con su inteligencia y su visión política, dijo que por qué no ponerle Maboas que era un lugar de enfrentamiento de los campesinos contra la guardia rural y entonces, a sugerencia de él, lleva ese nombre”.
Fue así como surgió el 5 de abril de 1970 la estación Radio MABOAS, con una programación inicial de 19 horas y diseñada en lo fundamental, a exhortar al pueblo a participar en la zafra. Ir a descargar  


Las anécdotas de Mirtha
Mirtha en el MININT
Mirtha Ibarra es una amanciera que reside actualmente en Las Tunas, y no puede evitar derramar algunas lágrimas cuando recuerda la figura de  la heroína.
“En aquel entonces, yo era miembro del Ministerio de Interior. Ella visitaba mucho la unidad y en una ocasión nos contó los relatos del Moncada y al terminar me preguntó que si era la única mujer que trabaja allí y si tenía hijos. Le dije que tenía una niña de dos años y me dijo que me iba a enviar un regalito. A los pocos días llegó a la unidad una camioneta y   preguntaron por mí. Me dijeron que ese regalito me lo mandaba Haydeé. Era una cuna de madera, que tenía a un costado una imagen del Che y al otro una de Abel Santamaría. En esa cuna durmieron mis tres hijas”.
Mirtha, miembro del MININT
Por esos días Mirtha, su hija y esposo, vivían agregados en la casa de sus padres junto a sus 5 hermanos por lo que sus compañeros de trabajo la alentaron a hacerle una carta a Haydeé explicándole su incómoda situación.
“El día 8 de marzo de 1970, me mandaron a buscar a la esquina de la calle E, y allí estaba ella junto a un grupo de compañeros del Poder Local (Poder Popular en aquellos años), y con sus propias manos me entregó la llave de una casa y me dijo que lo hacía para que pudiera criar bien a mi hijita. Siento mucho orgullo pues puedo decir en cualquier lugar, que esa casa me la dio Haydeé Santamaría”.

Abriles para Macondo
Aunque no todas las generaciones conocen sobre la historia que hicieron estos revolucionarios en Amancio, las personas que los conocieron intentan que se conozca esa historia.
En el año 2000, al celebrar Radio MABOAS su  aniversario 30, Celia María y Abel Enrique, hijos de la pareja (y quienes también pasaron una parte de su infancia allí), fueron invitados a participar en las actividades por el cumpleaños de la emisora. Armando Hart, no pudo asistir por problemas de salud, pero envió su felicitación a los amancieros.
Celia María, dijo que Amancio le recordaba a su madre y que sentía viva su presencia, en ese pequeño pueblo sureño.

La evocación que perdura
Aunque han pasado más de 40 años, y aún los que la conocieron no pueden olvidar la figura de aquella mujer.
Esperanza Reynó: “Era una mujer de gran altivez, de rasgos distintivos bien marcados, se notaba en ella su fuerza, su energía, su empeño”.
Orlando Torres: “Hablar de Haydeé es alguien nos pone a pensar a con respeto, con admiración, con cariño, pues aunque era una persona de carácter fuerte, con la población era muy sensible”.
Aurora Pérez (trabajadora de Educación): “Ella me dijo que se sentía muy feliz de estar  aquí, pues producto al trabajo que tenían ella y Armando casi nunca podían estar juntos y aquí pudieron estarlo por más de seis meses”.
Mirtha Ibarra: “Siempre la vi con una sonrisa entre triste y alegre, saludaba a todo el mundo. Los muchachos siempre la saludaban, en Amancio todos la querían”.
De aquellos hombres y mujeres que conocieron a Armando Hart y a Haydeé Santamaría, solo algunos quedan lúcidos para contar la historia. Aurora Pérez, Orlando Torres, Juan Carmenate, Mirtha Ibarra, son algunos de los que acumulan ya más de 6 décadas y aún se emocionan al recordarla.
Sus obras sociales aún perduran, aunque remodeladas por el paso de los años: la pizzería, la casa de la esquina de la calle E, la casa de Gregorio Pérez en la carretera, el acueducto.
Y aunque para algunos fue solo una historia de  viejos, los niños que la conocieron también la llevan presente, como el caso de Esperanza Reynó, profesora que propuso como nombre para la sede universitaria de Amancio el de la heroína: “Haydeé Santamaría” y pidió  al consejo de Estado una foto que hoy se encuentra en la sede y  mantiene su imagen presente. U otros como Yamila, trabajadora de la dirección municipal de la FMC, que aunque nació después del setenta, informa entusiasmada cuando alguien pregunta por ese pedazo de la historia que muy pocas veces se desempolva.
García Márquez no se equivocó: el Macondo cubano, es hoy un pueblo indestructible, y la memoria de Haydeé Santamaría Cuadrado, a 30 años de su muerte y más de 40 de su presencia allí, sigue hoy viva, pues en Amancio,  no existe la soledad.

IMÁGENES DE AMANCIO AYER
Calle de Amancio en la década del 70, del siglo XX
Calle de Amancio en la década del 70, del siglo XX
Casa de madera que Haydée le dio a Mirtha Ibarra







Calle de Amancio en la década del 70, del siglo XX
Central de Amancio en la década del 70, del siglo XX










Central de Amancio en la década del 70, del siglo XX
Ruinas del central 
Antiguo Central Francisco, hoy Amancio Rodríguez

9 comentarios:

  1. Interesante historia, no lo sabía, uno de mis abuelos es de Amancio, seguro recuerda esa historia.

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    1. Manuel, gracias por tu comentario, dime si tu abuelo conoce la historia

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  2. Magnífico trabajo, con tremendo valor histórico, y sobre todo porque emplea todos los conocimientos aprendidos en el diplomado de periodismo digital, esperamos por otros materiales así Glenda.

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    1. Gracias Onelia, me alegra que el diplomado nos haya abierto las puertas a un mejor periodismo en la red de redes.

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  3. muy interesante el articulo ¨el macondo cubano: un pueblo indestructible, saludos desde Colombia

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    1. Anónimo si me hubieras dado un nombre te agradecería más formalmente, pero igual muchas gracias por llegar desde Colombia

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  4. Hola, mi nombre es Valeria. Me gusto mucho esta hitoria, me intereso mucho sobre la cultura de este lugar, puesto que mi novio es de Amancio.. un gusto, saludos desde Ecuador.....

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  5. Glenda, vimos tu crónica en JR, muy, muy linda. Cariños,
    Alicia, Silvia y Anita, de la Casa de las Américas

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  6. Glenda, leimos tu crónica en JR, muy, muy linda, cariños,
    Alicia, Silvia y Anita, de la Casa de las Américas

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